lunes, 4 de octubre de 2010

El municipio lanzó un operativo para arreglar veredas y hacer rampas.

La Secretaría de Obras Públicas lanzó un plan de refacción de veredas para terminar con los innumerables pozos, roturas y desniveles en la ciudad. Algunas tareas comenzaron hace dos meses por el área central y se prevé terminar a fin de año el área comprendida por las calles Tucumán, España, San Martín y San Luis. Los trabajos demandarán una inversión de casi 700 mil pesos.

Baldosas flojas, cráteres, pozos tapados con restos de hormigón, desniveles y roturas son algunos de los tantos obstáculos que deben esquivar los peatones en las veredas. Si bien es un fenómeno que se repite en toda la ciudad, la Municipalidad decidió comenzar a trabajar en la zona del centro (Oroño, Pellegrini y el río) que a su vez dividió en seis zonas. El titular del    Obras Públicas, Omar Saab, contó que se trata de un plan de mantenimiento de veredas que comenzó a ejecutarse “hace dos meses” y que demandará “cerca de un millón de pesos”.

Rampas. Los primeros pasos ya se están dando en la primera zona comprendida por Tucumán, España, San Martín y San Luis. “El trabajo abarca bacheo, esquinas de hormigón para aquellas que sufren roturas permanentes porque se suben los colectivos por ejemplo y también las rampas para los discapacitados”, describió Saab. El trabajo se está realizando conjuntamente con el área de Servicios Públicos (que se encarga de cortar las raíces de los árboles que muchas veces causan las roturas de las veredas) y la Dirección General de Tránsito (que corta la circulación de vehículos para reparar la zona).

Obligación. El reglamento de edificación es claro en este sentido y señala que “en todo el municipio de Rosario es obligatoria la construcción de veredas de distintos tipos y características según los diferentes distritos. En todos los casos tendrán características antideslizantes, para dar seguridad al peatón”. Otro de los graves problemas que sufren las veredas, son las obras en construcción. Para solucionar este punto la Municipalidad lanzó ayer el plan Veredas Transitables.

Acá te dejamos este mapita para que todos sepamos donde hacen falta rampas y ver cuanto tiempo pasa en que las coloquen...

Normas incumplidas
En Rosario, los edificios se propiedad pública o privada destinados al uso que implique la concurrencia de público deben cumplimentar varias ordenanzas. Respecto de los ingresos y pasillos, está vigente la 6.081 de 1995, que señala que la puerta de entrada tiene que tener un ancho mínimo de 90 centímetros y, en caso de no contar con portero, las puertas deberán permitir su apertura sin ofrecer dificultad al discapacitado. También estipula que en caso de escaleras en el ingreso “debe preverse una rampa de ingreso con un ancho mínimo de 1,30 metro, con piso antideslizante y de una pendiente no superior al 10 por ciento”, entre otras cuestiones. La misma norma establece la obligatoriedad de “un ascensor adaptado para personas con discapacidad, siendo la dimensión interior mínima de la cabina de 1,10 por 1,40 metro”. Los edificios además tienen que cumplimentar la ordenanza 7.277, que establece que no debe haber desniveles, los cuales deben ser subsanados con rampas adecuadas.

La norma que estipula los requerimientos para el baño es la 7.273, que señala que la entrada al mismo no debe tener desniveles y que en el ingreso se “dispondrá un espacio mínimo de 1,20 (que permita un giro de 90º de la silla de ruedas)”. Además, estipula que la puerta debe abrir hacia fuera y tener un ancho mínimo de 90 centímetros. Por otra parte, dentro del baño debe haber un espacio de 1,50 metro para permitir el giro de la silla y un barral de 1,10 metro de largo. Y el inodoro tiene que tener una altura de 80 centímetros.

Estas son, a grosso modo, las normativas vigentes, además de la adhesión municipal a la ley nacional 24.314, de protección a personas con discapacidad (todas las ordenanzas se pueden consultar en el sitio de internet www.rosario.gob.ar). Sin embargo, son pocos los que cumplen con los requerimientos: “Cada vez que voy al teatro tengo problemas. En el (Bernardino) Rivadavia hay unas escaleras tremendas”, ilustró Claudio. Otras fuentes consultadas por este periódico confirmaron esta información y precisaron que son muy pocos los edificios públicos que cumplimentan la normativa vigente. “Si tienen los baños adaptados, no tienen escaleras. O viceversa. Además, los pasillos son muy angostos y en lugares de espectáculos públicos generalmente no tienen lugar para las sillas de ruedas”, explicaron.

A su turno, Marchetti consideró que “es más sencillo que lo nuevo cumpla las normas, aunque hay que trabajarlo bien”. “Y con lo que está siempre se apuesta a lo que plantea la Comisión Internacional de los Derechos de Personas con Discapacidad, que es que los ajustes sean razonables. Surgió toda una discusión ahora de un ascensor para el Planetario: nosotros tenemos que garantizar el acceso de las personas con discapacidad a ver el espectáculo del Planetario, ahora hay que ver el ajuste más adecuado para que no haya que intervenir la bóveda. Si se trata de un edificio de patrimonio arquitectónico, como el Savoy, hay que ver cómo se adapta eso de modo tal que la persona con discapacidad pueda acceder al lugar”, indicó. Sobre este punto, Halcovich considera que “sólo las obras nuevas más importantes cumplen con los requerimientos” y que muchas “lo hacen para el traste, porque por ejemplo no se fijan en la pendiente de la rampa”.

Fuente: Diario Cruz del Sur

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