miércoles, 12 de agosto de 2009

Nota realizada a Sin Barreras Rosario por Ser y Sociedad


Una ciudad para todos
De pié en silla de ruedas
La flamante organización Sin Barreras nace para combatir los obstáculos que potencian las discapacidades de aquellos que habitan Rosario. El desconocimiento de los derechos y la falta de educación, retrasa la llegada de una realidad que no es tan difícil de conseguir.


Para encontrarse con Claudio Halcovich, no queda más que trasladarse hasta Salta 5102. A pesar de su espíritu movedizo, que se trasluce en la forma en que habla con palabras dichas en millonésimas de segundos, el joven hombre de 35 años prefiere abrir su casa a las visitas antes de lanzarse a la peripecia de recorrer la ciudad en silla de ruedas. Es una sabia decisión.


“De los 35 colectivos con rampa que tiene la compañía estatal Semtur, sólo uno tiene la misma en condiciones de funcionamiento. Hace unos días me realizaron una tomografía en la que encontraron que tengo la quinta y sexta vértebra de la cervical fisurada por el impacto de la silla. Trabajar en la calle con mi primo hizo que no me quedaran opciones más que atravesar veredas rotas y bajar cordones con violencia, a falta de rampas”, comenta Claudio.


Los días de indignarse en soledad quedaron atrás luego de que Daniel Galeano, padre de una nena con síndrome de down, se le acercara en la calle un día. “Meses atrás había aparecido en la televisión, luego de una situación que presencié en la Plaza de la Integración. Una decena de chicos se estaba hamacando en el columpio especial para la silla de ruedas, y decidí quejarme. Daniel me reconoció y me preguntó si alguna vez había pedido ayuda para tratar de que la situación mejore. Le contesté que yo estaba solo, y él me dijo que estaba equivocado”, recuerda Claudio sobre el encuentro que luego daría nacimiento a Sin Barreras.


La organización, que busca que los discapacitados tengan las mismas posibilidades de transitar las calles, utilizar el mismo transporte y acceder a los mismo espacios, tomó inesperada relevancia mediática cuando decidieron ayudar a Jenifer Díaz. La nena de siete años debe ser operada de escoliosis alta con diagnóstico de hidrocefalia mielomelingocele, por lo que debe viajar al hospital Garrahan junto con dos acompañantes. La campaña de recolección de tapitas fue exitosa, sin embargo la cruzada solidaria continúa y concretar la intervención es el objetivo primario de la agrupación. Jenifer es un ejemplo del drama que viven aquellos que no cuentan con una obra social.


Sin Barreras se solventa con los bolsillos de cada uno de sus veinte miembros, al menos hasta que se termine con los trámites para convertirla en ONG, algo que no sucederá hasta dentro de un año. Entre sus colaboradores se encuentra una abogada que luego de sufrir un accidente cerebrovascular, vivió en carne propia las dificultades y el desconocimiento que hay –incluso por parte de los mismos discapacitados- de los derechos. Es de su mano que Sin Barreras tomó como otro de sus objetivos el difundir las leyes que los protegen y que están publicadas en el blog de la organización: http://www.sinbarrerasrosario.blogspot.com/.


“Queremos concientizar a la población rosarina de nuestra existencia. Muchas de las instituciones que están en el tema no buscan el bien común y se cierran. Queremos mostrarle a la gente que una rampa rota es un peligro para todo el mundo, y no sólo para nosotros”, explica Claudio, a quien lo desvela el tema del transporte. Las falencias en el servicio urbano fue una de las quejas que le presentaron al intendente Miguel Lifschitz hace un mes. El funcionario se comprometió a contestar, antes del 21 de agosto, las inquietudes concernientes, por ejemplo, a las acciones de la Dirección de Inclusión. Según Claudio Halcovich, en los años en que existe el área, sólo han logrado conseguirles trabajo a siete personas con discapacidades y no existen datos en cuanto a las circunstancias de estos empleos. Claudio es analista programador y diseñador de páginas web, y además tiene un máster en Internet, pero nunca pudo ejercer su profesión.


Tampoco hay estadísticas que indiquen cuántas personas sufren discapacidades en la ciudad, lo que supone un obstáculo si se decide tomar medidas serias para mejorar la calidad de vida. Las responsabilidades serían compartidas. “Desde que creamos Sin Barreras, me acerco a las personas con discapacidades que encuentro por la calle, invitándolos a que se unan a nuestra causa. Encuentro mucho rechazo. Hay padres que no quieren reconocer los problemas de sus hijos, y es una pena porque los cambios que queremos lograr son sobre todo para los más jóvenes, que tienen una vida por delante”, reconoce Claudio.


“Por amor al deporte” es otra de las iniciativas de Sin Barreras. La actividad consiste en elegir un parque y colocar juegos caseros. Chicos de instituciones especializadas son invitados, y se realiza una convocatoria de todos los niños que se encuentran en el parque. “El sonido y la música son un aporte de la Municipalidad. La última edición la hicimos en la Plaza de la Inclusión, frente al laguito del Parque Independencia. Estamos planeando la próxima, que será en setiembre”, cuenta Claudio, y agrega: “Los nenes de entre 4 y 10 años juegan con total normalidad y son pocos los que ven a un chico en silla de ruedas y se resisten a participar. Creo que la tolerancia de los más chiquitos se pierde por culpa de los padres, que no les enseñan quiénes somos. Mis sobrinos de 2 y 8 años crecieron con una persona discapacitada y saben lo que es, pero no es necesario tener una persona discapacitada en la familia para enseñarles a los chicos que esa realidad también existe”


Por Belén Albornoz
Fuente: www.serysociedad.com.ar

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