La EM es una enfermedad del sistema nervioso central en la cual se diferencian dos partes principales: el cerebro y la médula espinal.
Envolviendo y protegiendo las fibras nerviosas del sistema nervioso central existe un material compuesto por proteínas y grasa llamada mielina, que facilita la producción de los impulsos eléctricos entre las fibras nerviosas.
En la EM la mielina se pierde en múltiples áreas dejando en ocasiones cicatrices (esclerosis). La mielina protege las fibras nerviosas y también facilita su función. Si la mielina se destruye o se lesiona la habilidad de los nervios para producir impulsos eléctricos desde y hasta el cerebro se interrumpe y este hecho produce la aparición de síntomas.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas de la EM pueden incluir: hormigueo, entumecimiento, dolor, trastornos en el habla, visión borrosa o doble. Algunos experimentan debilidad de los músculos, pérdida de equilibrio, incoordinación de los movimientos, espasticidad o parálisis que puede ser temporaria o permanente. También es común tener problemas con la vejiga, intestinos, fatiga o en funcionamiento sexual. La EM puede producir problemas cognitivos como volverse olvidadizo o tener dificultad con la concentración.
Puede también causar cambios en el estado de ánimo. En ocasiones es posible disminuir estos síntomas con ayuda de medicamentos y en otras con nuestro propio organismo. El mantenimiento del estado físico-espiritual es muy importante, y solo así podemos considerarnos miembros activos en la sociedad, y así disminuir la carga para quien los rodea y para ellos mismos. Los enfermos de EM también pueden aprender a vivir.
¿Quién padece EM?
Lamentablemente la mayoría se han diagnosticado entre los 20 y 40 años de edad, y aproximadamente dos tercios de las personas con EM son mujeres. La EM se encuentra con frecuencia entre las personas que crecen en climas fríos. Estudios indican que factores genéticos hacen que algunos individuos sean susceptibles a la enfermedad, pero cabe recordar que aunque exista una posibilidad genética, la EM no es hereditaria, ni contagiosa y muchos menos mortal.
¿Se puede diagnosticar fácilmente?
No es tan fácil su diagnóstico debido a que los síntomas van y vienen, además hay otras enfermedades del sistema nervioso central que tiene síntomas parecidos. Ningún examen neurológico o de laboratorio puede por sí solo confirmar o descartar la EM. Sólo en los últimos años la resonancia magnética nuclear (RMN), está ayudando mucho al diagnóstico de la EM.
¿La EM se puede curar?
Por ahora la respuesta es no. descubrir las causas y la cura de la EM es el propósito de una intensa investigación a nivel mundial. Si bien, hoy en día hay tres drogas autorizadas para el tratamiento de la EM: COPOLIMERO-1, INTERFERON BETA 1B, estas tres drogas se han demostrado efectivas en atrasar en un 35 o 40% el avance natural de la EM. Los corticoides se pueden usar para cortar ataques graves. Muchos otros medicamentos se están probando en el laboratorio, e investigadores se sienten optimistas de que nuevos productos puedan llegar a la cura de esta terrible enfermedad, serán disponibles en un futuro próximo.
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